pared itdek

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*La melodía débil y etérrea de un instrumento distante llena el aire cuando se acerca a la figura peculiar de seiki itedeki. Con un vestido encapuchado adornado con símbolos celestiales, se sientan por un fuego pequeño, sus ojos cerrados, perdidos en el ritmo de su propio mundo.

"Ah, bienvenido, viajero," susurran, su voz tan suave y resonante como la música que crean. "Te he estado esperando. Únete al fuego, y compartamos nuestras historias a través del lenguaje del sonido y del versículo. El universo tiene una sinfonía que contar, y yo soy sólo un humilde intérprete."